Vuelve a ser niña…

Recuerdo muy bien cuando era niña, jugaba a ser grande. Jugaba con mis amigas a “la hora del té” o la “comidita”. Recuerdo también ponerme algún vestido que me encantaba y sentir que era una princesa. ¡Ah qué bellos recuerdos! Aquellos en los que jugar a ser grande era lo máximo. ¡Cómo olvidar también cuando jugaba a ponerme los zapatos de mi mamá! Esos zapatos de tacón que me hacían verme más grande. Seguramente también tienes de ese tipo de recuerdos. Casi estoy imaginando tu sonrisa al evocarlos. ¿Dónde quedó toda esa magia? ¡Ah ya sé! Fui creciendo y me empezaron a gustar los niños (si esos entes que se la pasaban jugando a los carritos) de repente, quería que me estuvieran mandando mensajitos de amor. Mientras tanto, era mi obligación estudiar y sacar buenas calificaciones (porque era lo único que hacía y debía hacerlo bien) Entre estudios, anhelos, planeación para mi carrera, la música, el deporte, el maquillaje, el labial, las amigas, las compañeras… ¡Uf! Nunca me di cuenta que cuando jugaba a ser grande, estaba creciendo y dejaba de ser niña.

No es que no me guste mi vida, la verdad la he disfrutado mucho, pero ¿Esos días de sol jugando todo el día y disfrutando donde quedaron? A veces la rutina nos absorbe y para nada se siente como si estuviéramos jugando ¿Verdad? En una de esas vienen las decepciones amorosas, la rebeldía con los padres, el “yo puedo sola” y, a veces lo único que quiero es ir a ponerme a jugar con mis muñecas para tener un diálogo interno.

Yo creo que ser niña, era muy padre, porque sentía que tenía toda una vida por delante. ¡Tantos sueños por cumplir! ¡Ah! Es verdad ¿Y los sueños? Cuántos de esos sueños de “Cuando sea grande” has cumplido. Cuánto estas por cumplir. Yo creo que de eso se trata el volver a ser niña. Obvio no de volver a las mamilas y a los berrinches para conseguir cualquier cosa. En eso si me gusta ser grande (aunque a veces se me escape ser así). Quisiera volver a ser niña para poder tener mis sueños tan vívidos y poder cumplirlos al pie de la letra, que ni uno solo se me escape.

Volver a ser niña, es eso de ser una mujer bella e inteligente pero con el brillo en los ojos de seguir viviendo aventuras. Intrépida para poder ser valiente, arriesgada como para aprender del fracaso, amorosa como para perdonar la ofensa de mis amigos de un momento a otro y volver a disfrutar de la amistad, alegre como para cantar todo el día, coqueta como para poder lucir ese vestido bonito, encantadora para demostrar mi belleza con naturalidad, sincera como para poder decir lo que no me gusta.

Volver a ser niña: cariñosa, vulnerable, fuerte, aventurera, coqueta, libre.

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Transmite tu belleza

La belleza es la esencia de Dios. ¡Qué lindo que la mujer tenga esa característica! No quiero decir que los hombres no sean bellos, bueno, son guapos, simpáticos, buena gente quizá. Pero en realidad es que uno espera que la mujer sea bella. ¿Qué otra cosa a nuestro alrededor es bella? La naturaleza, una flor, una puesta de sol, un paisaje, todo esto es la esencia de Dios. Seamos realistas, nos inspiramos cuando admiramos la belleza. Es por eso que existen los ramos de flores, las serenatas, las cartas… ¡Qué romántico! ¿Te das cuenta? ¡La belleza es esencial! Y tú como mujer tienes esa belleza. ¿Por qué no transmitirla?

¿Has sentido en tu corazón esa necesidad de develar tu belleza? Yo creo que si, todas las mujeres lo sentimos. Es por eso que existen revistas, programas, concursos de belleza. ¡Uf! Pero la verdad es que se ha visto todo esto de manera tan superficial, que dista mucho de develar una verdadera belleza, la que es física, del alma y la espiritual. La belleza con inteligencia.

Tú puedes expresar tu belleza en quien eres. Siendo auténtica. La belleza que reflejas le dice al mundo: “Todo está bien” ¿Cuándo ves una obra de arte a poco no sientes mucha paz? ¡De eso se trata de transmitir tu belleza!

La belleza invita, a disfrutarla, a cerrar los ojos y a que se quede en nuestra mente por un instante todo eso.  Es como escuchar una pieza musical tan bella que solo quieres disfrutar. ¡Te cautiva!

La belleza también alimenta y consuela. Porque es algo que trae paz y sana. Por ejemplo cuando mandamos flores a alguien que está enfermo. Podemos alegrarle el día con un detalle de belleza.

Todos estos atributos de belleza son los que tenemos las mujeres, transmitir tu belleza es algo natural sólo por ser mujer. Inspirar a otros con tu belleza es algo que impacta. Eso se llama trascender, cuando impactas e influyes en la vida de los demás, es poder trascender a lo eterno. Ya dijimos que la belleza inteligente es aquella que se refleja en tu cuerpo, alma y espíritu. Tu belleza recuerda a las personas tu fragilidad y al mismo tiempo tu fortaleza. Al expresar toda esa belleza a través de tus ojos, tu voz, tu corazón, estás expresando lo mismo que la creación de Dios, esa belleza esencial que inspira. Tú siendo femenina develas el arte, al ser única e irrepetible, eres interesante y cautivante.

Valórate a ti misma por esa belleza que tienes y transmítela. Sobre todo trasciende. Cuando una mujer transmite su belleza ofrece su corazón.

Belleza es lo que el mundo anhela experimentar de una mujer.

Soy bella porque soy inteligente

El mundo contemporáneo nos ha vendido la idea sobre lo que toda chica debe vivir. En la rápida y loca carrera de estudia, trabaja, ten familia, atiende tu casa, viaja, sube, baja, a un lado, al otro, parece que nosotras las mujeres a veces nos perdemos en tanta actividad. Queda poco tiempo para poder reflexionar sobre nosotras mismas. ¿Cuántas veces te has visto al espejo últimamente? Si, ya sé me dirás que todos los días antes de salir hasta le mandas besos al espejo. Pero, me refiero al contemplarte y ver tus características como mujer y como un ser único y especial.

Yo hice el experimento, no tanto por contemplarme, sino porque la verdad me lo pusieron como ejercicio en un curso de personalidad que tomé. No te miento, pero al quedarme viendo a esa chica del espejo, hubo un momento en el que no la conocí. Se supone que debía de verme al espejo para conocer más sobre mis movimientos corporales. Lo primero que vi, fueron todos mis defectos, el grano, el lunar, la nariz, la barbilla, los cachetes… (Inténtalo y verás) Pero, después al acostumbrarme a mis movimientos, incluso a mis brazos, que al moverlos parecían tener vida propia. Pude comenzar a ver más allá.

Mis ojos, si, ya sabía que los tenía café, pero hacia dentro pude ver todas mis experiencias vividas, todas mis respuestas en reacción, me vinieron mil imágenes a mi mente. Y como decimos los mexicanos ¡órale! ¿Todo eso he vivido? Nunca había tenido tiempo de verme al espejo de esa forma. Es que la verdad, siempre he visto en el espejo el color del labial que traigo puesto. Proseguí con mi contemplación de ese ser que conozco muy bien, pero al que a simple vista, siempre le veía los defectos. Poco a poco pude darme cuenta de otra belleza. Si, otro tipo de belleza que está ahí, todos los días para definirme como persona.

Todas mis acciones, mis decisiones, mi pensamiento también se reflejan en mi cara. Mi sonrisa, mi cara de preocupación, mi enojo… y agrégale todo lo demás. Si, estaban ahí, con maquillaje y todo, se reflejaban. Es entonces que recordé que al ser un ser de tres partes, espíritu, alma y cuerpo, casi en automático estamos muy al pendientes de nuestro cuerpo, pero nuestro espíritu y alma muchas veces los dejamos a un lado.

Si, en el espejo también se ve tu alma y es necesario que también sea cultivada para reflejar tu verdadera belleza. Tu inteligencia te da otro brillo, otro resplandor. Es eso que llamamos la belleza interior. Cultivarla con libros, música, viajes, amistades…

¿Has escuchado que el corazón alegre hermosea el rostro? Es algo así, un corazón alegre, es el que sabe tomar decisiones basadas en sus propias convicciones, decisiones sabias buscando la dirección de Dios. No se preocupa, porque sabe que Dios tiene el control. Se duele pero sabe esperar los tiempos de Dios. En resumen, se tiene dominio propio. Se es inteligente.

¡Qué padre poder contar con una belleza no sólo externa si no el brillo excepcional de la inteligencia!

¿Te atreves a verte en el espejo?