La mayoría de las veces, no nos gusta pasar por situaciones difíciles, nuestro comfort nos hace creer que siempre estaremos bien.
No valoramos lo que nos enseña la prueba.
Podemos decir que somos fuertes, pero esa fortaleza no se trasciende a menos que hayas pasado por pruebas, en las debilidades.
Sin debilidades no podríamos entender el dolor de los demás.
Si nunca te ha dolido nada, no podrás empatizar con otra persona que pase por algo similar.
También el dolor, la prueba, la dificultad y la adversidad, nos hacen crecer y sobre todo madurar.
Probablemente nos gusta que todo pasara rápido, pero hay veces que la lección es mucho más dura.
Sin errores, no podríamos nunca mejorar.
Romanos 5:3-4
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
2 Corintios 12:9
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Estoy de acuerdo que es necesario equivocarse para aprender y de alli el amor de Dios para nosotros donde debemos confiar en la frase… «Bastate de mi gracia… que mi poder se perfecciona en tu debilidad»
Realmente un error verdadero, es aquel en donde no aprendimos nada y estamos destinados a volverlo a repetir.
Buen análisis y practica !